Una operación internacional coordinada por el FBI estadounidense ha terminado con la clausura de la mayor plataforma de alojamiento e intercambio de películas y series en Internet, el popular Megaupload. Los dueños de la plataforma, entre los que figura el hacker millonario alemán Kim Schmitz (Dotcom), han sido detenidos y acusados de piratería masiva de obras protegidas por derechos de propiedad intelectual. Esto ha generado una gran controversia en la Red y una gran incertidumbre entre usuarios y desarrolladores.
La pregunta que se hacen muchos usuarios es: ¿Afectará esto a las redes de intercambio P2P (Peer-To-Peer)?... ¿Qué es lo que distingue a Megaupload de estas otras plataformas?... Dados los antecedentes de Napster, lo realmente extraño es que el cierre de Megaupload no se haya producido antes y las redes P2P actuales, completamente descentralizadas, no tienen en principio nada que temer.
Tal y como explico en el libro “Domine las redes P2P”, Napster surgió a mediados de 1999 y fue uno de los primeros programas P2P y probablemente el más popular de la historia. Napster fue el primer sistema que presentaba una gran selección de música digital para descargar de forma gratuita entre sus usuarios. En diciembre de 1999, varias discográficas estadounidenses demandaron a Napster, reclamando su cierre, por fomentar la piratería. La demanda, lejos de asustar a los usuarios, dio una enorme publicidad al servicio y los usuarios no pararon de crecer. Tras un largo proceso, finalmente el juez encargado del caso dictó el cierre de Napster en julio de 2001, tras alcanzar los 13,6 millones de usuarios en todo el mundo. Después de esa fecha, Napster se transformó en un servicio de pago, a costa de ser olvidado por gran parte de la comunidad internauta. Como auguraban muchos expertos, la reconversión de Napster no sólo no paró la piratería, sino que la multiplicó, debido al surgimiento de otras aplicaciones de intercambio de archivos P2P (Audiogalaxy, BitTorrent, eMule, Grokster, Kazaa, Morpheus, etc.), que empleaban arquitecturas totalmente descentralizadas.
Si bien las transferencias de los archivos tenían lugar directamente entre dos equipos, Napster utilizaba servidores centrales para almacenar la lista de equipos y los archivos que proporcionaba cada uno, por lo cual no era una aplicación P2P pura. Es decir, el hecho de que Napster se apoyara en servidores centralizados, fue precisamente su perdición. Este modelo generaba dos grandes problemas legales: todo el material que circula está sobre servidores y, por lo tanto, Napster puede ser considerado responsable de todo lo que está ahí; y en un sistema tan centralizado, basta con imponer el cierre de los servidores para bloquear todo el sistema.
En cambio, las plataformas eMule o BitTorrent, emplean arquitecturas P2P puras. Es decir, estas redes no dependen de un servidor central, ni para la indexación de los contenidos ni para su almacenamiento y, por lo tanto, no tienen constancia de los archivos intercambiados. En consecuencia no hay servidores centrales que se puedan cerrar y no hay una entidad central que se pueda perseguir legalmente. Ante la imposibilidad de demandar a sus creadores, pues además éstos no fomentan el intercambio de contenidos ilícitos, la RIAA (Recording Industry Association of America) ya intentó en 2003 llevar a juicio a los usuarios de estas redes. Sin embargo, estos usuarios de contenidos ilícitos son a la vez clientes y las demandas sólo consiguieron acrecentar la desconfianza general hacia las discográficas y las asociaciones y mejorar los sistemas de privacidad y seguridad sobre las aplicaciones P2P.
Megaupload, portal lanzado en marzo de 2005, al igual que Napster empleaba servidores centrales. Sin embargo, iba un paso más allá y los contenidos eran almacenados en los propios servidores centrales. Se trata así de un sistema de descarga directa, no de un sistema P2P descentralizado. Es más, Megaupload remuneraba a los clientes que más descargas generaban, a pesar que estas fueran protegidas por derechos de autor sobre las que no tenían ningún derecho de explotación o distribución. Según datos del FBI, Megaupload generaba el 4% del tráfico total de Internet, contaba con más de 150 millones de usuarios registrados y tenía más de 50 millones de visitas diarias. Megaupload estaba así destinado al cierre, tanto por su posible fomento o complicidad en el intercambio de contenidos protegidos por derechos de autor "ilícitamente", como por su popularidad.
La forma en que se cierra Megaupload, sin embargo, genera muchas inquietudes legales en la comunidad de internautas, pues usuarios que no tenían contenidos ilícitos almacenados, han visto como han perdido todos sus datos, porque otros usuarios empleaban “ilícitamente” la plataforma. Estados Unidos tiene muchas empresas líderes en “cloud computing” (Amazon, Apple, Google, Microsoft, etc.) y el cierre de Megaupload, lejos de acabar con la piratería, generará una gran aversión a un modelo de negocio nuevo y que iba a generar grandes inversiones... ¿Quién se fía ahora de tener sus datos y aplicaciones importantes en la nube?...