Las actuales redes de telecomunicación se caracterizan por un constante incremento del número, complejidad y heterogeneidad de los recursos que los componen.
Los principales problemas relacionados con la expansión de las redes son la gestión de su correcto funcionamiento día a día y la planificación estratégica de su crecimiento. De hecho más se estima que más del 70 % del coste de una red corporativa se atribuye a su gestión y operación.
Por todo ello, la gestión de red integrada, como conjunto de actividades dedicadas al control y vigilancia de recursos de telecomunicación bajo el mismo sistema de gestión, se ha convertido en un aspecto de enorme importancia en el mundo de las telecomunicaciones.
La gestión de red se suele centralizar en un centro de gestión, donde se controla y vigila el correcto funcionamiento de todos los equipos integrados en las distintas redes de la empresa en cuestión. Un centro de gestión de red dispone de tres tipos principales de recursos:
La práctica totalidad de los sistemas de gestión que existen actualmente, utilizan una estructura básica, conocida por paradigma gestor-agente, cuyo esquema queda reflejado en la Figura 1.
Los sistemas de apoyo a la gestión se componen, por lo general:
Los elementos del sistema de gestión de red, bajo el paradigma gestor-agente, se clasifican en dos grandes grupos:
El principio de funcionamiento reside en el intercambio de información de gestión entre nodos gestores y nodos gestionados. Habitualmente, los agentes mantienen en cada nodo gestionado información acerca del estado y las características de funcionamiento de un determinado recurso de la red. El gestor pide al agente, a través de un protocolo de gestión de red, que realice determinadas operaciones con estos datos de gestión, gracias a las cuales podrá conocer el estado del recurso y podrá influir en su comportamiento.
Cuando se produce alguna situación anómala en un recurso gestionado, los agentes, sin necesidad de ser invocados por el gestor, emiten los denominados eventos o notificaciones que son enviados a un gestor para que el sistema de gestión pueda actuar en consecuencia.
Existen distintos protocolos de gestión de red, dentro de los cuales destaca SNMP (Simple Network Management Protocol), perteneciente al conjunto de protocolos TCP/IP. Este es el protocolo a utilizar en redes empresariales, pues todos los equipos lo soportan, y de hecho, SNMP puede ser considerado el estándar de facto. Otro protocolo estándar, es el CMIP (Common Management Information Protocol), de la familia de protocolos OSI (Open Systems Interconnection) de la ISO (International Organization for Standarization), que si bien no está muy implantado en la empresa, está presente en la mayoría de los operadores de los servicios de telecomunicación para su gestión de redes.
El modelo de gestión ISO clasifica las tareas de los sistemas de gestión en cinco áreas funcionales. La tarea del encargado de gestionar una red empresarial será evaluar la plataforma de gestión a utilizar en cuanto a la medida en que dicha plataforma resuelva la problemática de gestión en cada una de estas áreas:
El objetivo de la gestión de configuración es obtener datos de la red y utilizarlos para incorporar, mantener y retirar los distintos componentes y recursos a integrar. Consiste en la realización de tres tareas fundamentales:
La gestión de prestaciones o del rendimiento tiene como objetivo principal el mantenimiento del nivel de servicio que la red ofrece a sus usuarios, asegurándose de que está operando de manera eficiente en todo momento. La gestión de prestaciones se basa en cuatro tareas:
La gestión de contabilidad tiene como misión la medida de parámetros de utilización de la red que permitan a su explotador preparar las correspondientes facturas a sus clientes. Entre las tareas que se deben realizar en esta área, están:
La gestión de fallos tiene por objetivo fundamental la localización y recuperación de los problemas de la red. La gestión de problemas de red implica las siguientes tareas:
La misión de la gestión de seguridad es ofrecer mecanismos que faciliten el mantenimiento de políticas de seguridad (orientadas a la protección contra ataques de intrusos). Entre las funciones realizadas por los sistemas de gestión de seguridad, están:
El mercado de las herramientas de control y supervisión de redes, se caracteriza por la presencia de unos pocos fabricantes. Existen tres plataformas fundamentalmente que se reparten el mercado: OpenView de Hewlett Packard, SunNet de Sun Microsystems, y NetView de IBM. Otras ofertas del mercado son: Spectrum Enterprise de Cabletron Systems, Optivity de Bay Networks o Transcend de 3-Com. OpenView, es el producto más representativo, al disponer de más de un 40 % de cuota dentro de las grandes empresas. Estas plataformas multifabricante suelen convivir con otras plataformas de gestión de red monofabricante, con el fin de aprovechar al máximo los desarrollos propios y particulares de cada fabricante.
Todas estas herramientas se encargan de la recepción de informes y datos mediante el sondeo automático o iniciado por el usuario, a diferentes dispositivos de la red, como ordenadores, hubs, routers, conmutadores, etc. En el caso de reconocer algún problema en dichos parámetros, las entidades de gestión las notificarán al operador, almacenarán los eventos e intentarán reparar el sistema automáticamente.
Sobre todas ellas es posible también montar aplicaciones gráficas de gestión adaptadas a cada uno de los dispositivos SNMP de la red, solucionando así el problema de gestión de redes heterogéneas. La tecnología Web, como forma de acceso fácil, barata, estándar e integrada, a la información de gestión de red, constituye una de las tendencias de futuro más prometedoras en el mercado de plataformas de gestión de red. Por medio de un navegador frontal, es posible leer informes y reiniciar aspectos importantes del funcionamiento de los equipos de una red empresarial. Los informes de texto y diseños gráficos se pueden convertir en HTML sin demasiada dificultad. El formato HTML permite a los desarrolladores aprovechar la gran disponibilidad y bajo coste de los navegadores en cualquier tipo de computadora para confiarles las pesadas tareas de desarrollo de software de clientes. Por otro lado, el navegador está tan extendido que facilita la integración de paquetes de software a la configuración orientada al hardware y a programas de supervisión que se adjuntan a muchos equipos.
La plataforma de gestión de red líder del mercado, OpenView de HP, está disponible para Windows y varios tipos de sistemas Unix. Se trata de un completo conjunto de productos, con tres módulos principales:
El problema de Admin Center es, que debido a la presencia de parámetros específicos del fabricante del dispositivo en cuestión, no es realmente útil para la configuración de dispositivos pues se obtienen mejores resultados utilizando, sobre el Network Node Manager, las aplicaciones de cada fabricante. Por ello, en la práctica, la gestión de configuración no se realiza con dicho módulo. Lo mismo ocurre con la gestión de prestaciones y de contabilidad, donde de nuevo se recurre a aplicaciones específicas del fabricante de los equipos, sobre Network Node Manager. Otra de las limitaciones de OpenView está en la gestión de fallos, por la inexistencia de un paquete estándar de HP que realice la correlación de los mismos, que procederán de distintos dispositivos de red, con distintas caracterizaciones. Finalmente, la gestión de la seguridad, en entornos Intranet, se ha de implementar por medio de cortafuegos a nivel de aplicación, que tampoco vienen incluidos en OpenView.