Chile es una estrecha y larga franja de tierra, en el extremo occidental de Sudamérica, entre la Cordillera de los Andes y del Océano Pacífico, que posee también una parte de la Antártica y más de 5.800 islas e islotes. Limita al Norte con Perú, al Sur con el Polo, al Este con Bolivia y Argentina y al Oeste con el Océano Pacífico. Tiene una longitud de 4.270 km y un ancho medio de 200 km (el ancho máximo es de tan sólo 400 km). Posee paisajes, clima, flora y fauna muy diversos, con geografía accidentada y montañosa. Tiene una población de más de 16 millones de habitantes y es el país más rico de toda Lationamérica.
Chile fue descubierta en 1535 por Diego de Almagro, el conquistador de Perú. La principal motivación de continuar las expediciones era encontrar el oro y metales preciosos, que según los rumores de los incas, abundaban en esas tierras. La entrada de Diego de Almagro en Chile se produjo por el norte, en concreto por el Copiapó actual, sin embargo, el navegante Hernando de Magallanes había bordeado el sur de Chile en el año 1520. Valdivia fue el primer gobernador y capitán general de Chile y el que continuó la conquista. Chile se independizó de España en 1818.
Este lejano país, lleno de paisajes de todo tipo absolutamente impresionantes, con una excelente gastronomía y una población divertida y acogedora, lo he visitado en 3 ocasiones, una en el año 2005 y dos durante el año 2006, estando un total de 2 meses. En la primera visita estuve 3 semanas, recorriendo el país de de sur a norte, mediante varios aviones, crucero, coche alquilado, autobús, etc. Durante la última visite disfruté de las "Fiestas Patrias", una semana de puro "carrete" disfrutando de las empanadas de pino, los asados y los anticuchos. Chile es un país en el que sin lugar a dudas no me importaría vivir.En los siguientes apartados describo brevemente algunos de los lugares que he visitado.
Santiago es la capital de Chile, ciudad fundada por el español Pedro de Valdivia en 1541, junto al río Mapocho y al pie de la cordillera de los Andes. Santiago es una gran urbe con más de 6 millones de habitantes, famosa por su contaminación. No es una ciudad demasiado bonita, pero tiene sitios que merece la pena visitar: la Catedral, la Plaza de Armas, el Cerro de San Cristobal (donde se tiene una impresionante vista de toda la ciudad y al que merece subir de noche), etc. En la capital disfrutamos de un excelente ambiente de "copete", así como de buenos restaurantes como "Donde Augusto" en el Mercado Central.
Es especialmente emotivo el Palacio de la Moneda, la sede del Presidente de la República de Chile, que también alberga los ministerios del Interior, Secretaría General de la Presidencia y Secretaría General de Gobierno. El Palacio se terminó de construir en 1812 y fue usado originariamente para acuñar las monedas cuando Chile era colonia de España. En 1845 pasó a ser la sede del gobierno y residencia de los presidentes de Chile. Durante el Golpe de Estado del General Augusto Pinochet en 1973, en que fue derrocado el presidente Salvador Allende, el edificio fue bombardeado, quedando parcialmente destruido. Salvador Allende se suicidó durante el asedio.
Una de las excursiones que realizamos cerca de Santiago es la de Isla Negra pasando por Pomaire. Pomaire es un pueblo artesanal famoso por sus creaciones de greda y donde se puede encontrar una gran diversidad de artesanía típica de la zona. También almorzamos en uno de los muchos restaurantes donde se servía una deliciosa comida criolla. En Isla Negra, a una hora de Santiago, se puede visitar la casa predilecta del famoso poeta chileno y premio novel de literatura Pablo Neruda. La casa en uno de cuyos jardines yace el poeta, está decorada con un gusto exquisito y es un centro lleno de energía con una preciosa vista al mar. Santiago tiene como ventaja frente a otras capitales su cercanía tanto a la montaña como al mar.
A unas dos horas de Santiago se encuentra Viña de Mar, la ciudad costera con un ambiente más exclusivo dentro de Latioamérica junto a Punta del Este en Uruguay. Muy cerquita de Viña del Mar esta el famoso puerto de mar de Valparaiso, con un casco antiguo precioso caracterizado por una original arquitectura. Yo no tuve tiempo de visitar Viña del Mar y Valparaiso, tan sólo Algarrobo, una ciudad más pequeña que Viña del Mar, pero con un ambiente similar.
La cuenca hidrográfica de Villarrica involucra las comunas de Curarrehue, Villarica y Pucón, siendo ésta última la que nosotros visitamos. Es una ciudad con un estilo rústico, pero con muchos hoteles, bares, restaurantes, etc. Lo más bonito de la ciudad es el sector de la Poza cerca del Hotel Interlaken, que posee 3 marinas, una pequeña artificial y un Muelle Municipal, sobre las frías aguas del Lago Villarrica.
El Volcán de Villarrica tiene una altura de 2.847 metros, se encuentra activo y su cráter de sólo 200 metros de diámetro, presenta un lago de lava de 1.250 ºC con fumarolas permanentes y varias erupciones históricas y está cubierto por un extenso glaciar de 40 km2 que se ubica en el extremo noroeste de una notable cadena volcánica junto a otros 4 volcanes. Subimos en coche al centro de ski por un camino pedregoso amenizado por una panorámica tétrica debido a la escasa vegetación y a los ríos de lava solidificada. Desde allí se tiene una impresionante vista del volcán. También visitamos las cuevas volcánicas, donde se puede visualizar su constitución física, con un largo aproximado de 700 metros que se encuentran habilitadas con luz y escalones para los visitantes.
Sin lugar a dudas, otra de las visitas más interesantes que realizamos fueron las Termas Wife y Ortogonales, donde disfrutamos de un entretenido y saludable tiempo de relax.
También visitamos los Ojos del Caburga, un hermoso conjunto de pozones inmersos en un túpido bosque donde aflora el agua subterránea del lago Caburga, junto con los riachuelos. De este precioso recinto, a unos 15 km de Pucón, caben destacar los Saltos de Bellavista y Los Copihues.
De las innumerables oportunidades de turismo de aventura existentes en Pucón, nos decantamos por hacer rafting por los rápidos del río Trancura. Una experiencia de nuevo inolvidable.
Realizar el crucero Skorpios a los campos de hielo patagónicos es toda una experiencia de ensueño, recorriendo bellos lugares y con servicio a bordo excelente y una comida de primerísima calidad. Existen varias rutas, la que nosotros realizamos partía del aeropuerto de Balmaceda. Desde allí nos trasladaron en autobús a Coihaique, en una ruta llena de preciosos paisajes naturales (catarátas, extensas pampas, etc.). En el Puerto Chacabuco embarcamos en el Skorpios I, para hacer un crucero de 4 días de duración. El Skorpios es un crucero de ensueño, navegando por canales espectaculares y archipiélagos, donde se va manifestando en todo su esplendor una naturaleza virogorosa (cientos de pequeñas islas, bosques vírgenes, fiordos, glaciales, etc.) y dónde aún el accionar del hombre resulta casi imperceptible.
Tras un día de trayecto, se llega al Glaciar de San Rafael, que forma parte de un Parque Nacional chileno declarado Reserva Mundial por la UNESCO en 1979. El glaciar presenta unas esculturales torres de hielo multicolor con tonos azulados de más de 30.000 años y con más de 70 m de altura -bajo el nivel del mar otros 230 m permanecen escondidos- y 2 km de ancho. Se observa tanto desde el barco como en lancha, acercándose todo lo posible pero con prudencia, porque el mar está plagado de témpranos y además existen continuos desprendimientos -sobre todo en un día de calor como el que tuvimos- que pueden ser peligrosos para las embarcaciones.El wisky añejo con hielos durante la última glaciación nos sentó bastante bien. Sin embargo, esa experiencia tiene un lado triste y es que me permitió ver de cerca el derretimiento de las cuencas glaciales, cómo los restos de la última Glaciación se están permitiendo y suponen un importante riesgo para la estabilidad climática de la Tierra. Los glaciales de la Patagonia son especialmente frágiles, pues son del tipo templado -están al límite de su punto de fusión, a 0º C-. La tasa de pérdida de estos glaciales varía según la posición geográfica de éste y las condiciones ambientales, pero es de unos 5 m al año.
En el regreso se pasa una noche el fiordo Quitralco (que en lengua mapuche significa "aguas de fuego"), el antiguo lecho de un glaciar, disfrutando de bonitas excursiones a través de su exuberante begetación y de sus baños termales naturales de entre 32 ºC y 28 ºC.
Para poder visitar en un único día Torres del Paine, hicimos noche en Puerto Natales, una ciudad pequeña con ambiente muy turístico. El Parque Nacional de Torres del Paine tiene una extensión de 181.000 hectáreas. Posee caminos para vehículos y senderos para caminatas. Se puede hacer noche en diversos hoteles y refugios del Parque Nacional, con el fin de disfrutar de otras actividades como trekking, cabalgatas, escalada o montañismo, aunque nosotros no pudimos hacerlo por cuestión de tiempo. Es un entorno realmente precioso, donde pudimos disfrutar gracias al buen tiempo del Glacial Grey, el Lago Pehoé, el Paine grande y los cuernos, cascadas, etc. También pudimos disfrutar de la diversidad de fauna: Cóndor, Águila, Cisne de cuello negro, Flamenco, Martín pescador, Zorro, Guanaco, etc.; el Puma no pudimos verlo, de hecho, es un privilegio reservado para sólo unos pocos.
Punta Arenas es una ciudad grande, de unos 115.000 habitantes, famosa por ser la ciudad continental más austral del mundo, siendo puerto de abastecimiento para el creciente tráfico bioceánico. Punta Arenas está situada a orillas del Estrecho de Magallanes, en la penínisula de Brunswich. Entre sus principales atractivos están el Museo Salesiano Mayorino Borgatello, el monumento al ovejero, el Instituto de la Patagonia, el teatro Municipal, la Plaza Muñoz Gamero con su escultura en memoria al descubrimiento del Estrello de Magallanes por Hernándo de Magallanes, etc.
La Patagonia -bautilizado así por Hernando de Magallanes debido a los corpulentos aborígenes, siendo Pathagon un gigante de una de sus novelas de caballería favoritas titulada "Primaleón"-, fue la región de América del Sur que más tardó en colonizarse. Son tierras de clima extremo, con durísimos inviernos, fuertes tormentas, temperaturas bajo cero y un impresionante viento, que hace que incluso los árboles estén permanentemente corvados. Además de la durezca del clima, se suman los accidentes del terreno: lagos, volcanes, ríos caudalosos, selvas impenetrables, fiordos, etc. Por eso también, hoy en día sólo un pequeño porcentaje de la población de chilena y argentina vive en esta región.
Cerca de Punta Arenas está el Puerto de Hambre, unicado en la costa de bahía Buena. En este paraje, el capital español Sarmiento de Gamboa fundó en 1584, la ciudad de Rey Don Felipe. Este intento de colonización tuvo un fin trágico: todos sus habitantes murieron de hambre. La falta de agua dulce, abastecimiento, el duro clima y el asedio de los indígenas, acabaron trágicamente con los sueños de grandeza de un puñado de hombres. A unos pocos kilómetros se encuentra el Fuerte Bulnes, fundado por Juan Williams en 1843, con el objetivo de tomar posesión del estrecho de Magallanes. El Fuerte, una reconstrucción del original, está edificado íntegramente a base rollizos de maderos. Según la usanza de la época, el fuerte tiene un aspecto solitario. Al ingresar en las distintas barracas, en la capilla o en el cuarto de armas, se respira en el ambiente un aire denso. En las afueras, donde el viento es el único morador errante, el silencio se multiplica... un ambiente que te hace pensar cómo sería la vida en ese lugar tan bello pero a la vez desolado.
La Serena destaca por sus enormes playas a orillas del Océano Pacífico. La Iglesia Catedral y la Iglesia de San Francisco son lugares que merece la pena visitar. La Recova es un mercado municipal, en donde se puede encontrar la mejor feria artesanal de La Serena. También visitamos Tongoy, en la que cabe destacar también sus playas y el delicioso marisco (locos, almejas, erizos, etc.) que se puede disfrutar cerca del puerto, totalmente fresco y preparado al instante.
No pudimos visitar el Valle del Elqui, ubicado cerca de La Serena, y de gran atractivo para los turistas como centro de desarrollo espiritual. En el Valle, además de disfrutar de unos preciosos paises y ver las estrellas con una claridad asombrosa, se pueden visitar el Observatorio Municial Cerro Mamalluca y el Observatorio Interamericano Cerro Tololo.
Para llegar a San Pedro de Atacama (ubicado a 1.670 km al norte de Santiago de Chile) desde La Serena, cruzamos en coche todo el desierto de Atacama partiendo desde La Serena a través de la Panamericana Norte. El desierto tiene una gran extensión y presenta una gran aridez y contrastes térmicos entre el día y la noche (30 a 0 ºC en invierno), con temperaturas medias entre los 10 y los -5 ºC.
San Pedro de Atacama es un oásis en medio del desierto, siendo Calama la ciudad más cercana. El paisaje desértico en los alrededores de San Pedro de Atacama es sobrecogedor, lleno de contrastes luminosos y formas sinuosas. El pueblo se caracteriza por sus calles sin asfaltar tranquilas, sus casitas de adobe y sus numerosas tiendas de artesanía peruana, boliviana y chilena.
A 3 km de San Pedro se encuentra el Valle de la Muerte, un valle montañoso y arenoso que tiene su atractivo porque para llegar se recorre la Cordillera de la Sal, la cual presenta esculturas naturales admirables. A 17 km, ubicado en la zona de la Cordillera de la Sal, se encuentra el Valle de la Luna. El Valle de la Luna presenta un extraordinario atractivo por su similitud con la superficie lunar y coliseo natural de grandes dimensiones. Desde una gran duna a la que hay que subir a pie es posible apreciar el entorno de esta zona. También visitamos el impresionante Salar de Atacama, pudiendo en el camino apreciar los volcanes Licancabur y Lascar entre otros, el poblado de toconao, y la laguna de Chaxa habitada por flamencos. Otra visita que realizamos fue la de Pukará de Quitor. A 3 km de San Pedro se encuentra sobre el cerro de Quitor este fuerte construido por el pueblo atacameño para defenderse de otros pueblos que habitaban Sudamérica. Por el cansancio acumulado lo más relevante que no pudimos visitar fueron los Geyseres del Tatio. Es un campo geotérmico ubicado en la Cordillera de los Andes, a 4.200 metros de altura, que presenta a tempranas horas de la mañana una impresionante actividad de fumarolas de vapor producidas por las altas temperaturas de sus acuosos cráteres.