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Austria



Bandera Austria

Austria es un estado centroeuropeo, miembro de la UE, que cuenta con una población de 8,3 millones de personas. El idioma oficial es el alemán. Entre las religiones, el cristianismo católico es el predominante.

Austria no tiene salida al mar y limita con la República Checa y Alemania al norte, Eslovaquia y Hungría al este, Eslovenia e Italia al sur, y Suiza y Liechtenstein al oeste. Los orígenes de la actual Austria se remontan a la dinastía de los Habsburgo que convirtió al país en una parte fundamental del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1867 el Imperio austríaco se convirtió en el Imperio austro-húngaro. El Imperio de los Habsburgo terminó en 1918 al finalizar la Primera Guerra Mundial. La Primera República de Austria se estableció en 1919. En 1938, mediante el proceso conocido como el Anschluss, el país fue ocupado por la Alemania Nazi. Esta ocupación duraría hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Austria volvería a recuperar su independencia, estableciendo en 1955 la Segunda República de Austria.

La mayor parte del territorio de Austria, está dentro de la sección oriental de los Alpes, alcanzando alturas de más de 3.000 m. La población se concentra en los valles de los ríos, entre los que destaca el del más importante, el Danubio, que entra en Austria por Passau, en la frontera con Alemania, cruza viena, y llega hasta Bratislava, en la frontera con Eslovaquia. De hecho, es posible hacer el trayecto Viena-Eslovaquia en barco a través del Danubio. El lago de Constanza es el más grande del país y forma la frontera oeste con Alemania y Suiza.

Austria es uno de los países más ricos del mundo en términos de PIB per cápita y tiene un nivel de vida y calidad de vida muy elevados. El sistema educativo tiene un nivel muy alto. El turismo internacional constituye su principal economía. Además, su pasado como gran potencia europea han propiciado una extraordinaria contribución a la cultura a través de diversas formas de arte, en especial, la música. Austria ha sido el lugar de nacimiento de muchos compositores famosos (Haydn, Mozart, Schubert, Strauss, etc.), siendo Viena un importante centro de la innovación musical. En el s. XVIII y el s. XIX, la ciudad atrajo a grandes compositores debido al patrocinio de los Habsburgo (Beethoven, Carl Maria von Weber, Brahms, etc).

La cocina de Austria se deriva de la cocina del Imperio austro-húngaro. Está influida por la gastronomía húngara, checa, italiana y bávara. Algunos platos típicos austriacos que he probado son el Wiener Schnitzel (filete de ternera empanado) y el Schweinsbraten (asado de cerdo). Sin embargo, me quedo sin lugar a dudas con los postres, destacando su Apfelstrudel (pastel de hojaldre relleno de compota de manzana) y la tarta Sacher (tarta de chocolate).

En Austria te puedes mover perfectamente utilizando el inglés. No obstante, recomiendo viajar con las guías gratuitas de Living Language: "German to Go" y "German Starting Out In". El alemán es un idioma complicado -salvo la pronunciación- y a diferencia de el italiano o el portugués, no es posible entender nada sabiendo sólo español o inglés, sin unas nociones básicas. En mi caso, estuve unos 4 años estudiando inglés, y alcancé el nivel G.7 del Instituto Goethe en el 2002, aunque como no lo utilizaba muy a menudo, se me ha ido olvidando poco a poco.

Viena

De Austria sólo he conocido Viena, en julio 2014, siendo una de las ciudades que más bellas de las que he visitado. El hotel en el que nos quedamos fue el NH Wien de 4 estrellas. Lo recomiendo para familias con niños por sus habitaciones con cocina y su ubicación cercana al centro histórico, parada de metro, supermercados, restaurantes, etc. Para ir y volver al aeropuerto, contratamos un servicio de recogida de la empresa AirportDriver, con un precio cerrado de 33 euros.

La población de Viena es superior a los 1,65 millones, o de unos 2,2 millones considerando los suburbios urbanos. Viena tiene un patrimonio cultural e histórico enorme y es muy fácil de recorrerla andando, en metro y en autobus. Existen estupendas guías para no perder un detalle de Viena, destacando entre las gratuitas las de AllWorldGuides.com y Minube.com. También recomiendo llevar durante la visita a Viena el mapa del centro y metro de la ciudad.

Los autobuses turísticos, en su mayor parte descubiertos y de dos pisos, permiten moverse cómodamente por la ciudad, obteniendo una visión general de sus principales monumentos y parándose en los que más nos interesen. Además, durante el recorrido se puede escuchar las explicaciones de las guías pregrabadas en varios idiomas, incluido el español. Dos empresas se encargan de este servicio en la ciudad: Vienna Sightseeing (autobuses amarillos) y Red Bus City Tours (autobuses rojos). La principal diferencia entre ellas es que con la primera te puedes subir o bajar en cualquiera de las 15 paradas incluidas en el recorrido; mientras que la segunda hace el trayecto más ligero, haciendo sólo una o dos paradas para que puedas visitar algún monumento concreto. La que utilizamos nosotros fue la Vienna Sightseeing, que permitía pararse en la Ópera, Ringstrasse, el Parlamento, la Plaza Rathaus (ayuntamiento), el Palacio de Hofburg, la catedral de San Esteban, etc. Puesto que 3 días de los 5 que disfrutamos en Viena estuvo lloviendo, estuvimos en autobús más de los que nos hubiera gustado, realizando casi todos los recorridos.

También realizamos un paseo de 2 horas en barco a través del Danubio, desde el que es posible llegar a Bratislava (Eslovaquia) o incluso a Budapest (Hungría). La compañía que utilizamos fue DDSG Blue Danube y los barcos salen desde el embarcadero de Schwedenplatz, una bonita plaza cercana al centro y muy bien comunicada por metro y tranvía.

La visita al Palacio Imperial de Schönbrunn, también conocido como el "Versalles vienés", realmente merece la pena. El Palacio, junto con sus jardines, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1996. Se puede llegar hasta el Palacio de Schönbrunn con la línea U4 del Metro de Viena (la parada es "Schönbrunn"). Vimos el Palacio, el Museo Infantil, el Parque del Laberinto y la Glorieta. No tuvimos tiempo de ver el Jardín del Príncipe Heredero que está incluido o el Apfelstrudel-Show (demostraciones y desgustación), el Jardín Zoológico, la Casa del Desierto y el Museo de Carrozas de Viena.

Palacio de Schönbrunn

Foto 1: Palacio de Schönbrunn.

Dentro del Palacio hay dos tours, uno con 22 salas el Imperial y el otro con 40 salas el Gran Tour. En él se ven los distintos estilos de la época imperial y, visitando los aposentos privados, podrá hacerse una idea de la vida que llevaba la pareja imperial, Francisco José e Isabel ("Sisi") en el palacio. La audioguia y la descripción del recorrido es gratis. El Gran Tour tenía un precio de 14,5 euros respecto al Imperial que era de 11,5 euros; el imperial no obstante es más que suficiente si se entra con niños. En el Gran Tour, además, de las salas de representación y los aposentos privados de la pareja imperial, se visita los recintos más suntuosos del s. XVIII, que data de la época de María Teresa.

La Glorieta de los Jardines del Palacio de Schönbrunn es otro de los edificios más representativos de Viena. Construida en 1775 por orden de la Emperatriz María Teresa de Austria, está ubicado en la cima de una colina del Parque Schönnbrunn que le fue encomendada. Siguiendo el camino desde el Palacio a la Glorieta, se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas del Palacio y sus jardines y de la ciudad de Viena. La Glorieta tiene en su sede central un arco de triunfo, que está rodeado de arcos semicirculares por ambos flancos. En la sección central hay grandes ventanales acristalados y, en lo alto, una estatua de águila imperial posada sobre un globo dorado y rodeada de trofeos. Se puede subir por una escalera y acceder a una terraza de unos 20 metros de altura, desde la que se tiene una fantástica panorámica de la ciudad de Viena. Dentro del edificio, disfrutamos también de un delicioso café y repostería típica en el famoso Café Gloriette.

Glorieta de los Jardines del Palacio de Schönbrunn

Foto 2: Glorieta de los Jardines del Palacio de Schönbrunn.

Donde mejor se lo pasó nuestra hija fue en el Laberinto y el Museo Infantil. El Laberinto tiene una plataforma panorámica y divertidos juegos tanto para los niños como para los padres: espejos que alargan o engordan la figura, laberinto, etc. En el Museo Infantil se encuentran interesantes informaciones sobre la vida cotidiana de los hijos pequeños de los emperadores, por ejemplo, algunos de sus juguetes y vestidos, con los que los niños pueden jugar y disfrazarse. También disfrutó mucho de un concierto gratuito que dió un grupo de quinceañeros cerca de la entrada principal.

La Catedral de San Esteban está ubicada en la la plaza de San Esteban (Stephansplatz), en pleno centro de Viena. La obra fue iniciada por Rodolfo IV de Austria y se levanta sobre las ruinas de dos iglesias anteriores. El interior de la catedral consta de tres naves y numerosos altares; cada uno de ellos alberga una variada cantidad de objetos y obras de arte que fueron recibiendo mediante donaciones de diferentes personalidades. Destaca por su mezcla de estilos arquitectónicos (románico, gótico, baroco, neoclásico, etc.).

El Palacio Imperial Hofburg es un conjunto de edificios en el centro de Viena. Fue construido en el s. XIII y se ha ido expandiendo, habiendo alojado a importantes personalidades, como los monarcas de la dinastía Habsburgo. Este Palacio constituida la residencia durante el invierno y el de Schönbrunn el de verano. En la actualidad, Hofburg alberga las oficinales del presidente austriaco, un centro internacional de convenciones, varios museos, etc.

Vista del Palacio de Hofurg

Foto 3: Vista del Palacio Hofburg.

También recomiendo visitar Naschmarkt, el mercado de viena. En él se pueden encontrar restaurantes internacionales -nosotros comimos en un restaurante judío con excelente calidad-precio-, plantas, ropa, té, dulces, encurtidos, tapas, etc. Entre los cafés y restaurantes en los que estuvimos, cabe destacar el café-hotel Sacher, que es donde tiene origen la popular tarta Sacher. Tiene dos áreas, una más informal, que estaba realmente abarrotada y, otra más elegante, que es en la que pudimos disfrutar de una deliciosa merienda. El salón, no demasiado grande, mantiene la decoración aristocrática de finales del s. XIX y principios del s. XX. Aunque es un poco caro, como no podía ser de otra forma en un sitio tan turistico, merece la pena tanto por el lugar, como por la calidad de su café, tarta Sacher, Apfelstrudel, etc. También cabe destacar el café Aida, cerca de la catedral. Nos gustó mucho también la terraza de Medusa, con un excelente trato, buenos zumos y refrescos naturales, cocktails, etc. Teniendo en cuenta que los precios de la restauración son similares a España, que los impuestos son del doble (20%) y que los salarios son más elevados... cabe hacerse una idea de los buenos márgenes que deja este tipo de negocio en España.

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