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Turquía (Türkiye) está ubicada al norte con el mar Negro, al noreste con Georgia, al este con Armenia, Irán y Azerbaiyán, al sureste con Irak, al sur con Siria y el mar Mediterráneo, al oeste con las islas griegas del mar Egeo, y al noroeste con Grecia y Bulgaria. Debido a su ubicación estratégica entre Europa y Asia, así como entre tres mares, ha tenido siempre un papel fundamental en las relaciones entre Occidente y el mundo islámico. Entre las civilizaciones que han estado asentadas en Turquía tenemos los Hititas, Urartu, Cimerios, Imperio Asirio, Imperio Persa, Antigua Grecia, Imperio Romano, Imperio Bizantino, Imperio Selyúcida y el Imperio Otomano.
Turquía es una república democrática, secular, unitaria y constitucional. Tiene una relación estrecha con occidente, estando afiliado al Consejo de Europa, OTAN, OCDE, G-20, etc; pero también con diversos países de Oriente Próximo y Asia Oriental. Es un país muy poblado, con casi 81 millones de habitantes. El idioma oficial es el turco y, aunque el inglés se habla en todas las zonas turísticas, puede ser útil viajar con la guía gratutia de Living Language "In-Flight Turkish". La gran mayoría de su población es de confesión musulmana, con un mayor crecimiento en los últimos años debido al apoyo político y a su introducción en los colegios públicos.
Para ir a Turquia es necesario sacar un visado electrónico, que se puede obtener inmediatamente en: "https://www.evisa.gov.tr/es/". Turquía tiene una diferencia horaria de +1 respecto a España (península). La moneda oficial es la lira turca y, debido a su depreciación con el euro, así como unos salarios muy bajos, casi todos los productos y servicios son bastante más baratos que en España. Es muy recomendable sacar liras de algún cajero al llegar al aeropuerto.
La gastronomía de Turquía es muy rica, destacando como plato estrella el kebab. El kebab es muy distinto al que encontramos en los locales de comida rápida de España. En realidad, kebab significa carne asada y las calidades de muchos de los restaurantes son excelentes. Los postres más famosos son el Baklava y las delicias turcas. Mi favorito fue el baklava es un pastel elaborado con pasta filo, nueces trituradas y almíbar; recubierto típicamente por pistacho. Las delicias turcas son pequeños dulces de azúcar, con textura gelatinosa, generalmente de forma cuadrada, que incluyen según el tipo pistachos, avellanas, nueces, etc.; y son aromatizados con agua de rosas, limón, canela, mango, etc. Para mi gusto, son demasiado dulces y toda una bomba calórica. En cuanto a bebidas, destacaría el aryan (hecha con yogurt, agua y sal), el té negro y el café turco.
Estambul es ciudad muy grande, con más de 12 millones de habitantes, que está dividida por el Estrecho del Bósforo en dos partes, una en Asia y otra en Europa. Su actual denominación de forma oficial es bastante reciente, data de 1930; antes se la denominó Bizancio, desde 1453, Constantinopla. Estambul fue la capital del Imperio Romano de Oriente y del Imperio Otomano. El 29 de octubre de 1923, Mustafa Kemal Atatürk estableció la República y la capital de Turquía se trasladó a Ankara. Sus zonas históricas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985.
La primera vez en Estambul fue en mayo de 2016, poco antes de los atentados del 7 de junio en el centro histórico de Estambul y del 28 de junio en el aeropuerto internacional Atatürk de Estambul. Semanas antes de mi viaje, hubo varios atentados tanto en Ankara como en Estambul por parte de los fundamentalistas del Estado Islámico. Me sorprendió muchísimo la seguridad con detectores de metales y revisión de los maleteros y bajos de los coches en hoteles y centros comerciales, así como el doble sistema de seguridad en el aeropuerto. Pensaba que esas medidas eran recientes, pero vienen de muchos años atrás, debido a los continuos ataquetes de milicicias kurdas y los fundamentalistas de Al Qaeda. Fui a impartir un curso de ventas a nuestros partners en Turquía y, debido a otras obligaciones laborales, no tuve tiempo para hacer nada especial.
Durante el año 2018 estuve cubriendo la baja maternal de una compañera, por lo cual tuve que viajar hasta en 4 ocasiones a Estambul, estando una semana en cada una de ellas. En todas las ocasiones me alojé en el hotel Le Meridien Istanbul Etiler, que se encuentra relativamente cerca de todos mis clientes (Turkcell, Turknet, Vodafone Turquía, etc.) y de las oficinas de Oracle. Etilier es un barrio de clase media-alta con varias tiendas, cafeterías y centros comerciales. Los vuelos de Madrid a Estambul los realicé con Turkish Airlines, que tiene vuelos directos de unas 4 horas de duración y es una aerolinea con una excelente relación calidad-precio (entretenimiento a bordo, comida decente, etc.). Aunque sólo tuve un domingo para disfrutar del casco histórico de Estambul, lo aproveché al máximo, madrugando para evitar colas a las principales atracciones. Compré una tarjeta turística que daba acceso a las principales atracciones turísticas durante varios días.
La primera visita fue a la Mezquita Azul (Sultanahmed Camii), la más importante de Estambul. Fue ordenada construir por el Sultán Ahmed I entre 1609 y 1616. Los detalles más relevantes son sus seis minaretes, sus numerosas vidrieras, sus lámparas de añara y los miles de azulejos azules que adornan la parte superior y la cúpula de la mezquita. Dentro de la mezquita hay que entrar descalzo, sin pantalones cortos y sin los hombros al descubierto.
Justo a la entrada de la Mezquita, se encuentran los restos del antiguo hipódromo bizantino; de hecho, la Mezquita se situa en lo que antiguamente era el palco imperial. Algunos de los elementos que aún se pueden observar es la antigua espina (muro decorado que separaba la pista de carreras en dos), la columna serpentina y la fuente alemana. Otros restos están alojados en el museo arqueológico.
La Mezquita más grande de Estambul no es la Mezquita Azul, sino la Mezquita de Solimán el Magnífico, que fue construida entre 1550 y 1558 por orden del sultán Solimán el Magnífico. No tuve tiempo de acercarme a visitarla, pero pude verla de lejos desde la Torre Galata.
La segunda visita fue a Santa Sofía (en turco Ayasofya Müzesi, que significa la "Divina sabiduria"), ubicada a unos 5 minutos andando de la Mezquita Azul. Construida del 532 al 537, durante el mandato de Justiniano I en Constantinopla, capital del Imperio romano de Oriente, es considerada actualmente el símbolo de la ciudad y una de las obras maestras del arte bizantino. Está situada en el punto más alto de Estambul y puede observarse desde varios puntos de la ciudad. Realmente se trata de una tercera Iglesia construida sobre la misma ubicación, antes hubo dos construcciones previas, que se destruyeron en sendos incencios. Santa Sofía fue la sede del patriarca ortodoxo de Constantinopla y el escenario principal para las ceremonias imperiales bizantinas. Tras la conquista de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada, la iglesia se convirtió en una catedral católica romana (1204-1261). En 1453, con la conquista del Imperio Otomano, fue reconvertida en mezquita. Los otomanos añadieron detalles arquitectónicos islámicos, como los cuatro minaretes. El edificio se mantuvo como mezquita hasta 1931, y permaneció cerrada hasta 1935, donde se volvió a abrir reconvertida en museo. El interior de Santa Sofía es impresionante, con una gran sala principal (70 x 74 m), enormes medallones decorativos, columnas monolíticas, diversos mosaicos hechos a base de vidrios de colores o transparentes sobre hojas de oro, etc. Santa Sofía es actualmente la cuarta iglesia del mundo con un área cubierta más grande, después de San Pablo (Londrés), San Pedro (El Vaticano) y el Duomo (Milán).
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Mi tercera visita fue el palacio de Topkapi, que está al lado de Santa Sofía. El palacio es una muestra de la época imperial en Estambul y del poder que tuvo Constantinopla como capital del extenso y poderoso Imperio Otomano. La construcción del Palacio la ordenó el sultan Mehmet II el Conquistador. El palacio inicial fue inagurado en 1465, convirtiéndose en la sede del gobierno hasta 1853 y siendo mejorado por diferentes sultanes. En la actualidad consta de alrededor de 700.000 metros cuadrados, en los que se pueden encontrar sala de armas, cocina, establos reales, patios, cámaras del tesoro, el Harén, bellos jardines, etc. Entre los objetos que se pueden ver están equipamiento de cocina, trajes de seda, armas, cerámicas chinas, manuscritos, alfombras, joyas, etc. En la cámaras del tesoro se encuentra el arma más cara del mundo, el puñal topkapi, construido en oro con esmeraldas incrustadas. También se encuentra el famoso sarcófago de Alejandro. El Harén era el lugar donde residía el sultán, su familia y cientos de mujeres de alto nivel cultural adiestradas en diversas habilidades.
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Después visité el museo arqueológico de Estambul, que está en tres edificios justo al lado del palacio Topkai. El museo consta de varias salas con esculturas, objetos y restos de edificios de la época griega, romana y bizantina. El museo consta de 36 salas, siendo las más famosas la VIII y IX, en las que se encuentran los sarcófagos de las tumbas de los reyes de Sidán, descubiertos en el año 1887. También se pueden encontrar esculturas, mosaicos, restos de edificios, objetos artísticos de distintos materiales (arcilla, bronce, vidrio, etc.), monedas, libros, etc.
Una vez se abandona el museo, merece la pena dar un pequeño paseo por el parque Gülhane. Es el parque más antiguo de Estambul y uno de los más grandes, dentro del recinto del Palacio Topkapi. Destacan sus grandes árboles, la diversidad de plantas y flores y las pequeñas lagunas con sus puentes.
Una vez vistas las principales atracciones culturales, me dirigí a el Gran Bazar (Kapali Carsisi) tiene más de 4.000 puestos a lo largo de 60 calles donde se venden alfombras, cuero, cerámicas, joyas, souvenirs, etc. Cabe destacar el gran número de puestos con productos falsificados de marcas de lujo, algunos de alta calidad. Para conseguir un buen precio es imprescindible regatear. Muy cerca se encuentra el Mercado de Egipcio o de Especias (Misir Carsisi) donde se pueden encontrar frutos secos, especias, delicias turcas, caviar, aceitunas, etc. La visita a ambos sitios es entretenida y se pueden hacer compras muy interesantes, si bien, es bastante desagradable la gran aglomeración de gente que hay en algunas de sus zonas.
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Finalizadas las compras, fui a pasear al lado del Bósforo, donde cogí un crucero de dos horas, que me permitiera ver más edificios, además de los concentrados en el centro histórico. El precio es muy asequible y las vistas de la ciudad son fantásticas. Entre los edificos que pude observar, además de los que se encuentran más concentrados en el centro histórico (Santa Sofía, la Torre Galata, etc.) están: la Fortaleza de Rumeli Hisari, el Palacio Dolmabahce, la Mezquita Ortaköy, el palacio Küçüksu, la fortaleza de Anatolian, la Torre Leandro, etc.
De todas estas vistas desde el crucero, destacaría la de la Torre Leandro, que se encuentra donde empieza el Bósforo y a la que sólo se puede acceder en barco. La Torre fue construida en el s. XII por el emperador bizantino Manuel Komnenos, con el fin de fijar la cadena que cerró el paso por el Bósforo de los barcos. Desde entonces, ha sido utilizada como faro, punto de aduana, cuartel, casa de retiro, etc.
Otro edificio que tiene una vista única desde el crucero es el Palacio Dolmabance. Está ubicado justo a la orilla del Bósforo en la parte europea de Estambul. Fue construido en 1843 por orden del sultán Abdulmecit I, siendo utilizado como residencia del sultán Abdulmecit I, residencia de los invitados del estado, residencia de verano de Atatürk (el fundador de la República) y, actualmente, como museo. El Palacio consta con más de 248 dormitorios, 43 halls y 6 baños turcos.
El Bósforo es un estrecho que conecta el mar Negro con el mar de Mármara y separa Estambul en la parte europea y la asiática. Es el estrecho marítimo más transitado del mundo. La longitud total es de 32 km, la anchura de 0,7-4 km y la profundidad de 60-100 m. Para cruzar el estrecho hay 4 puentes. Sobre él existen tres grandes puentes colgantes: el puente del Bósforo, el de Fatih Sultan Mehmet y el de Yavuz Sultan Selim. En estos puentes suelen producirse grandes atascos de tráfico en las horas pico y tienen estipulado un peaje de paso cuando se pasa de la parte europea a la asiática. El último puente en ser construido, el Yavuz Sultan Selim, terminado en 2016, ha costado más de 3.000 millones de dólares. Cuenta con ocho carriles de tráfico y dos vías férreas. Es una obra faraónica: es el puente con vías férreas más largo del mundo con 1,4 km, es el puente más ancho del mundo con 59 metros y es también el más alto del mundo (su torre central es más alta que la Torre Eiffel).
Terminado el crucero, me dirigí al puente Gálata (Galata Köprüsü). Este puente es uno de los tres que existen en el denominado Cuerno de Oro, desde el que se tiene excelentes vistas del casco histórico de la ciudad. El Cuerno de Oro es el estuario a la entrada del estrecho del Bósforo, que divide la ciudad y que es considerado uno de los mejores puertos naturales del mundo. En el puente Galata exiten varios restaurantes y cafeterías en los que destacan los pescados frescos. A lo largo del puente también se pueden ver varios pescadores.
Finalmente, visite la torre de Galata (Galata Kulesi), desde donde se tiene una preciosa vista panorámica de la ciudad. Fue construida en 1348 por los genoveses como parte de las murallas y se ve desde muchos puntos de Estambul. Tiene 62 metros de alto, aunque la mayor parte de su subida se puede hacer en ascensor.
